VIH y COVID-19, un momento único en la historia
Los países que están lidiando con la COVID-19 hacen uso de la experiencia con el SIDA para garantizar una respuesta más sólida.
La pandemia de la COVID-19 trajo muchas preguntas a la población mundial, incluidas aquellas relacionadas con los efectos que tiene el virus con otras enfermedades y la respuesta del sector salud ante semejante fenómeno.
Una de las enfermedades que causa más preocupación es la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), ya que ésta también es considerada una pandemia.
Teniendo en cuenta lo anterior, en el día de la inauguración de la conferencia Virtual Fast-Track Cities 2020, ONUSIDA publicó un nuevo informe en el que pone de manifiesto cómo los países que están lidiando con la COVID-19 hacen uso de la experiencia y la infraestructura de la respuesta al SIDA para garantizar una respuesta más sólida ante ambas pandemias.
“Dadas las dimensiones épicas de esta emergencia, el mundo necesita unidad y solidaridad”, afirmó António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas. “Nuestra lucha de décadas contra el VIH nos aporta conocimientos esenciales. Si prestamos atención a lo que hemos aprendido y trabajamos juntos, podemos garantizar que las respuestas sanitarias nacionales cumplan la promesa de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 y para la salud y el bienestar de todos”, agregó.
La amplia infraestructura que se ha construido en torno a la respuesta al VIH, incluida la prestación de servicios innovadores y dirigidos por la comunidad, se está aprovechando de muchas formas para reforzar la respuesta a la COVID-19 como lo demuestran, entre muchos otros casos, los 280,000 trabajadores sanitarios formados dentro del Plan de emergencia contra los efectos del SIDA que están ahora trabajando en en el combate a la COVID-19 en muchos países con ingresos bajos y medios.
El informe pone de relieve que, aunque no son exactamente iguales, la COVID-19 y el VIH tienen varias características en común, lo que podría ayudar a evitar muchos errores en la respuesta a la COVID-19 si se rescata lo que se ha aprendido desde que se registraron los primeros casos de SIDA en el mundo.
Un elemento clave es la aceptación y el liderazgo de las comunidades, pues es el activismo comunitario lo que ha acelerado la entrega de medicinas y pruebas para el VIH y de servicios para el tratamiento.
De esta forma, también han liderado esfuerzos para eliminar leyes punitivas que alejan de los servicios de salud fundamentales a homosexuales, trabajadores sexuales y personas que consumen drogas.
Finalmente, el informe recalca la importancia de fundamentar toda respuesta sanitaria en los derechos humanos y la necesidad de respuestas que transformen los aspectos relativos al género.
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