Tensión muscular
El estrés no sólo es fruto de nuestra mente, también puede tener un impacto importante a nivel físico.
Durante mucho tiempo se pensó que el estrés era únicamente una condición psicológica, pero, en la actualidad, se sabe que las consecuencias de éste no se limitan al plano emocional: también tienen un impacto a nivel físico que, generalmente, se manifiesta por medio de la tensión muscular.
A nivel cerebral, la amígdala y el hipocampo, dos estructuras que forman parte del sistema límbico, se encargan de almacenar y gestionar las emociones. Así, cada sentimiento se traduce en un péptido que se libera en algún lugar del organismo y se almacena en diferentes partes del cuerpo, no solo en el cerebro.
Cuando una situación produce estrés, los músculos del cuerpo se tensan automáticamente como resultado de una reacción refleja, y no es dañina hasta que pasa a un estado crónico. En ese caso, los músculos jamás se relajan y mantienen la tensión constante.
El acortamiento de las fibras musculares puede activar los receptores del dolor, lo que disminuye el umbral del mismo y hace que se perciba de una forma más intensa de lo que realmente es.
Ahora bien, la tensión muscular por estrés se ha asociado con el dolor de cabeza emocional o tensional, aunque también causa dolores musculares crónicos, contracturas y espasmos musculares. Esta condición suele concentrarse en el cuello, pero también puede afectar la mandíbula, el entrecejo, los hombros y la espalda.
Los dolores musculares provocados por la tensión pueden tratarse con medicamentos, como los analgésicos y antiinflamatorios disponibles en el catálogo de Laboratorios Serral.
Consulta a tu médico.
Fuentes consultadas:
Rincón Psicología
Mayo Clinic