¿Conoces la E. coli?
Es una bacteria que se transmite fácilmente a través de los alimentos contaminados con la misma.
Las bacterias Escherichia coli (E. coli) se encuentran normalmente en los intestinos de las personas y de los animales. La mayoría de las cepas (variaciones) de estas bacterias son inofensivas. Sin embargo, algunas de ellas, como la E. coli productora de toxina Shiga, pueden causar enfermedades graves a través de los alimentos.
Síntomas
El periodo de incubación se da entre tres y ocho días, y algunos de los síntomas causados por la infección de E. coli productora de toxina Shiga son:
- Calambres abdominales
- Diarrea (en algunos casos puede convertirse en diarrea sanguinolenta o colitis hemorrágica)
- Fiebre
- Náuseas y vómitos
- Fatiga
En un porcentaje pequeño de los casos, la infección puede dirigirse a una enfermedad potencialmente mortal (en especial en niños pequeños y ancianos) como el síndrome hemolítico urémico (SHU), el cual se caracteriza por una insuficiencia renal aguda, anemia hemolítica y trombocitopenia (deficiencia de plaquetas).
Transmisión
La información disponible sobre E. coli productora de toxina Shiga guarda relación con el serotipo O157: H7, que es el más fácil de distinguir bioquímicamente de otras cepas.
Se transmite principalmente por el consumo de alimentos contaminados como carne picada cruda o poco cocida y leche cruda o a causa de la contaminación fecal del agua y de otros alimentos, así como a través de superficies y utensilios de cocina durante la preparación de alimentos.
Algunos ejemplos de alimentos relacionados con brotes de esta bacteria son las hamburguesas poco cocidas, el salami curado, la sidra fresca no pasteurizada, el yogur y el queso elaborado con leche cruda; frutas y verduras, como las coles, las espinacas y la lechuga; así como el agua, tanto bebida como por uso de recreo.
Existen los portadores asintomáticos, no muestran signos clínicos de la enfermedad pero pueden infectar a otros.
Prevención
Entre las recomendaciones principales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su prevención se encuentran:
- Mantener la limpieza en el hogar
- Separar los alimentos crudos y los cocinados.
- Cocinar completamente.
- Mantener los alimentos a temperaturas seguras.
- Usar agua y materias primas seguras.
Al preparar los alimentos en el hogar, hay que seguir las prácticas básicas de higiene de los alimentos, entre ellas la de cocerlos bien.
Tratamiento
Para la mayoría de las personas, el tratamiento consiste en descanso y consumo de líquidos para prevenir la deshidratación y la fatiga.
No se recomienda tomar medicamentos antidiarreicos, ya que desaceleran el aparato digestivo y no le permiten al cuerpo deshacerse de las toxinas.
Tampoco se recomienda el uso de antibióticos, ya que pueden aumentar el riesgo de complicaciones graves.
Consulta a tu médico.
Fuentes consultadas:
OMS
Mayo Clinic