Artritis reumatoidea
Es un padecimiento crónico potencialmente incapacitante para el que no existe cura.
La artritis reumatoidea (AR) se caracteriza por provocar la inflamación de las articulaciones y tejidos circundantes, aunque también puede afectar otros órganos. Es una enfermedad autoinmunitaria, es decir, el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la AR afecta entre el 1 y el 1.5% de la población mundial. Se puede presentar a cualquier edad; sin embargo, es más común en la mediana edad. Además, las mujeres la tienen con mayor frecuencia que los hombres.
Aunque no se conoce una causa exacta de la misma, el factor de riesgo principal para la AR es la predisposición genética. Se ha comprobado que, debido a ésta, la posibilidad de desarrollarla puede aumentar hasta un 70%. Además, una infección y los cambios hormonales pueden estar vinculados a la enfermedad. Otro factor asociado con la AR es el tabaquismo.
Según la OMS, la artritis reumatoidea es una de las mayores causas de ausentismo y retiro laboral prematuro en el mundo.
Los síntomas iniciales pueden incluir dolor articular leve, rigidez y fatiga. Por lo general, la AR afecta las articulaciones en ambos lados del cuerpo por igual. Los que resultan afectados con mayor frecuencia son los dedos de las manos, las muñecas, las rodillas, los pies, los codos, los tobillos, la cadera y los hombros.
Es así como los síntomas articulares comúnmente pueden incluir: rigidez matutina (dura más de 1 hora); calentamiento, sensibilidad y rigidez en las articulaciones cuando no se usan durante una hora; inflamación articular; con el tiempo, las articulaciones pueden perder su rango de movimiento y deformarse.
Otros síntomas a considerar son: dolor torácico al respirar (pleuresía); resequedad en los ojos (síndrome de Sjögren); ardor, picazón y secreción del ojo; nódulos bajo la piel (signo de una enfermedad más grave); entumecimiento, hormigueo o ardor en manos y pies; y dificultad para dormir.
No existe un examen clínico que determine con certeza el diagnóstico de la AR, por lo que éste se realiza cuando se presentan varios factores, tales como:
- Dolor e hinchazón en tres o más articulaciones,
- La artritis se ha presentado por más de seis semanas,
- Se tiene una prueba positiva de factor reumatoideo o anticuerpos anti-CCP,
- Se tiene una TSE o PCR elevada
- Se han descartado otros tipos de artritis (hay más de 100).
Se debe evaluar la actividad de la AR con frecuencia para asegurarse que la enfermedad está controlada.
En la mayoría de los casos, las personas con AR requieren tratamientos establecidos por un reumatólogo y dependen del estado de cada paciente. Estos pueden incluir medicamentos, fisioterapia, ejercicio y, solo si es necesario, cirugías.
El tratamiento oportuno con medicamentos denominados fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARMA) debe ser usado en todos los pacientes, ya que esto hace más lenta la destrucción de las articulaciones y previene deformidades.
Desde el 2016 se estableció el 12 de octubre como el Día Mundial de la Artritis, con el fin de crear conciencia y difundir información sobre la enfermedad.
Consulta a tu médico.
Fuentes consultadas:
Medline Plus
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